Desde la época del Imperio Romano se tiene conocimientos de lo que se podía denominar como los orígenes o rudimentos de lo que se conocería luego como la traducción jurada.
Se trataba en esos momentos del crecimiento de la actividad comercial que obligaba a las comitivas que iban de un lugar a otro, debían llevar personas que hablaran las diferentes lenguas, para poder concretar sus transacciones.
Evolución de la traducción Jurada ayer y hoy
Por otra parte, desde tiempos remotos, los organismos internacionales refrendaron tratados y convenios entre los Estados signatarios, con acuerdos bilaterales entre naciones, sin que afectara el idioma de cada uno.
En este sentido, cada contrato firmado en estos tratados internacionales, se hace acompañar de una Traducción Jurada por cada uno de los idiomas involucrados que garanticen los términos y condiciones acordados.
Por lo tanto, la traducción jurada, en el caso del derecho internacional, se ha convertido en una herramienta indispensable.
En este sentido, con el devenir del tiempo, la traducción jurada vio crecer su importancia a partir de la necesidad de otorgar validez a un documento oficial, que ha sido redactado en otro idioma.
En la actualidad, el traductor jurado es el que permite que un documento pueda ser reconocido como legal ante organismos públicos y privados de países donde se presenten.
Estos documentos, en su versión original, están redactados en un idioma diferente del español y requieren ser traducidos para presentarse para completar diversos trámites, en instituciones académicas, legales, judiciales o tributarias, entre otras.
Esto quiere decir, que para que un documento adquiere la validez legal que le permite presentarse ante un organismo oficial debe tener la firma y el sello de un traductor jurado.
Alcances de la Traducción Jurada
Resulta interesante el alcance de la traducción jurada que abarca diversos ámbitos de acción.
Es necesaria su actuación desde el desarrollo profesional o empresarial y se hace indispensable con el incremento del movimiento migratorio y las negociaciones internacionales.
Con la creciente e imparable globalización impacta no solo el ámbito de los negocios, sino que integra todas las actuaciones en la sociedad.
Esta realidad que se evidencia al movernos por razones de salud, laborales o de estudios en países que hablan otros idiomas, obliga a mantener distintos documentos en lenguas distintas a la lengua materna.
Sin embargo, estos documentos solo tienen la validez necesaria para presentarse ante organismos oficiales si llevan la firma y sello de un profesional de la traducción jurada, que ha sido acreditado para estas labores, por el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Quiere decir que si estos documentos están traducidos, aunque se trate de una traducción perfecta, por un traductor simple no tiene validez legal.
Por esta razón, al presentarse ante un organismo oficial, serán devueltos por carecer del aval que le otorga el sello y firma del profesional acreditado para tal fin.
Se puede concluir que con la evolución de la humanidad, también ha evolucionado la figura del traductor, para certificar una gran diversidad de documentos.