Como hacer una buena traducción

Como hacer una buena traducción

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Traducir es un arte consistente en entender el significado de un texto o documento en particular, que viene a llamarse texto de origen, para entonces redactar un texto con el mismo significado o equivalente siguiendo las reglas de otro idioma. 

El documento o texto que resulta de esta actividad viene a ser una traducción, o también puede llamarse texto resultante o traducido.

Si la traducción se realiza al momento, y de forma oral, entonces pasa a llamarse interpretación.

¿Cuáles son los secretos que encierra realizar una traducción de la manera correcta? Las personas se preguntan, si solo se trata de trasladar las palabras de un idioma a otro.

¿Debemos seguir las reglas gramaticales del idioma de origen, o, por el contrario, nos debemos ceñir a las de la lengua a traducir? Son muchos los cuestionamientos que un buen traductor debe resolver para obtener la mejor traducción posible.

 

La traducción en su totalidad

La mejor manera de iniciar una traducción, es leer el texto en su totalidad, entenderlo, revisar la intención del escritor, el contexto y momento en que se desarrolla la escritura.

De esta manera, el traductor entenderá todo lo relacionado y relatado en el texto, pudiendo aproximarse lo más posible al momento de escribirlo originalmente.

Se conocerá la puntuación correcta que debe dársele en el idioma resultante, y se evitará al máximo posibles incongruencias.

 

Adecuar lo escrito 

Todas las palabras y frases del texto a traducir, deben trasladarse adecuándolas al contexto que les rodea. Si no se cuida esta regla, los significados pueden cambiar de manera notoria, dañando el resultado en su totalidad. 

Existen portales y sitios especializados que proponen traducciones a frases específicas, que no pueden o deben traducirse textualmente palabra a palabra. 

Algunas frases tienen un significado diferente a lo que las palabras expresan por separado. Conociendo el idioma y las frases se logra una la diferencia.

Considera también la opción de mantener el sentido del párrafo, cambiando la frase por otra totalmente adecuada al texto, en lugar de llevar la traducción literal.

Puede incluso llegarse a sustituir una sola palabra con una frase entera o al revés, de acuerdo al caso.

 

Traducción fluida

Siempre se busca la fluidez del texto resultante., pero nunca debe uno caer en la tentación de “obviar” palabras o frases que nos resultan intraducibles. 

Recordemos siempre que tenemos la opción de acudir a páginas especializadas, revisores o acudir a otros colegas en búsqueda de soluciones.

De igual manera, evitaremos agregar a nuestra inspiración, palabras o frases, intentando agregar cosas que creemos se quisieron decir.

No es papel del traductor crear un texto o parte de él. Nuestro papel siempre será trasladar los textos de un idioma a otro, conservando el sentido e intención que originalmente tuvo quien lo escribió.

 

Reglas de puntuación

No debemos alterar las reglas de puntuación, pero sí debemos adaptarlas según el idioma final. El empleo correcto y uso de las comas, y de los puntos suele ser diferente en cada lengua,

Todo traductor debe conocer en su totalidad las reglas de puntuación y los sistemas conectivos de cada idioma.

Suele ocurrir, especialmente cuando nos iniciamos en este oficio, que nos afanamos en traducir perfectamente cada frase u oración, pero nos olvidamos del uso de los conectivos.

El uso de frases como son también, así como, de igual manera, por nombrar algunos ejemplos, deben emplearse sin perjudicar el sentido y entendimiento del texto en su totalidad.

El texto resultante siempre debe ser ligero, entendible y fácil de leer.

 

Cuidar las reglas de conjugación 

Tomando en cuenta cuál es el idioma de origen, un texto puede emplear diferentes tipos de conjugación distinta en toda la extensión del mismo.

Por el contrario, existen idiomas en que se usa un mismo tipo de conjugación a lo largo de todo el texto. Es muy relevante conocer y observar las reglas correctas de acuerdo al idioma.

 

Revisar siempre

Al terminar un texto, siempre debe pasar por una minuciosa revisión por parte del traductor. Es más, lo adecuado es revisar al terminar, dejar descansar la traducción por un día o dos, y volver a revisar como si se leyera a otro autor.

Se intenta dar una mirada fresca al texto, como si se tratara de un texto ajeno, a la pesca de posibles errores.

Poseedor a esta revisión interna, o propia de quien tradujo, se recomienda dar a otro colega para que le realice una revisión externa, o por una visión distinta de quien la realizó.

No debemos dejarnos convencer por la prisa o el deseo de entregar el trabajo para recibir un pago, o empezar otro proyecto. Siempre en una revisión acuciosa se descubrirán pequeños fallos o faltas pequeñas, pero faltas al fin.

Realizar las correcciones debidas nos asegura una traducción prolija, que siempre redunda en la posibilidad de que nos sean encargados futuros proyectos.

Entregar una traducción de primera, siempre será el objetivo principal, que todo traductor debe perseguir.

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