La globalización es una realidad que nos arropa, no solo en el ámbito de los negocios. También abarca una multitud de áreas, como es la de recibir atención médica y la gestión académica, entre otras.
Todo esto es una consecuencia directa del incremento del movimiento migratorio y los diferentes intercambios académicos, turísticos y comerciales.
Es común, en este sentido, que una persona asista a otro país diferente al de su origen o residencia, en busca del mejor tratamiento médico, para aliviar alguna dolencia significativa.
Sin embargo, si el doctor que le va a atender habla otro idioma, requiere una traducción fidedigna de todo el expediente médico del paciente.
Es aquí cuando entra en acción el rol del traductor jurado. Este profesional está facultado para realizar una traducción que exprese con fidelidad los documentos que tiene en sus manos.
Todo esto con la finalidad de evitar que un término mal empleado signifique un error que puede ser fatal.
En estos casos, con su firma y sello le otorga el aval, que le da la validez para que surta los efectos esperados en el país donde se presenten.
Complejidad de la Traducción Jurada
Adaptarse a la sociedad multicultural, implica movernos en un mundo de comunicaciones rápidas, con información instantánea que ofrece conocimientos de lugares donde nos gustaría o necesitamos vivir, estudiar o recibir atención médica.
Para lograr a cabalidad estos cometidos, en muchas ocasiones es necesario la traducción de escritos vitales. Sin embargo, no solo se trata de traducir un documento.
Este debe expresar con claridad lo que expone sin correr el riesgo de ser rechazado. Esta tarea se logra al acudir a profesionales que estén facultados por el Ministerio de Asuntos Exteriores.
En la Traducción Jurada, la misión principal del profesional debe ser realizar un exhaustivo análisis del original y su contexto, respetando la esencia del contenido, con la finalidad que la traducción que presente sea fidedigna del original.
En el mundo de los negocios, por ejemplo, aspectos trascendentales que pueden implicar conversiones de medidas o monedas, o quizás el uso de siglas; requiere la experticia de un profesional, que no solo maneje a la perfección los dos idiomas involucrados.
Además, debe poseer sólidos conocimientos de negocios o finanzas en este caso específico, que es solo una muestra de la complejidad de la labor encomendada.
Si se trata de documentos para seguir estudios que conduzcan a una titulación profesional en otro país, el expediente debe expresar con claridad los grados académicos alcanzados.
Todos estos casos son muestra de la importancia del traductor jurado en distintos contextos.
Con todo lo expuesto, es válido concluir que la barrera del idioma no resulta un obstáculo para el crecimiento o expansión de un negocio, para el crecimiento personal o la búsqueda de la salud.
En todos estos casos el traductor jurado desempeña un papel fundamental que permite validar un documento en cualquier lugar del mundo.
En caso de dudas es aconsejable acudir al consulado del país y solicitar la información suficiente de estos trámites.