Los traductores jurados llevan a cabo una labor esencial en la validez de los documentos que se deben presentar ante algún organismo oficial.
Para llevar a cabo esta profesión es esencial que el aspirante cuente con la formación necesaria, que cumpla con los requisitos y trámites exigidos y apruebe la evaluación respectiva.
Se trata de un profesional que se dedica a traducir documentos públicos o privados y que certifica con su sello y firma la veracidad de la traducción, con relación al documento original.
En cualquier caso, estos traductores deben estar habilitados por el Ministerio de Asuntos Exteriores, que es el único organismo que los faculta para cumplir con esta función en España.
Requisitos necesarios para ser traductor jurado en España
- Presentar los requisitos y documentos exigidos.
- Aprobar el examen que se aplica en la Oficina de Interpretación de Lenguas del Ministerio de Asuntos Exteriores.
- Ser mayor de edad.
- Tener la nacionalidad española o la de un Estado que sea miembro de la Unión Europea.
- Poseer un grado de licenciado, diplomado, ingeniero, arquitecto o afines.
- Si el grado se obtuvo en un país extranjero, debe presentar la credencial que lo homologue o un certificado de equivalencia del título, que esté emitido por el Ministerio que corresponda.
- Abonar la tasa establecida en el momento de presentar el examen.
Examen para acreditarse como traductor jurado
Los interesados en convertirse en traductores jurados deben presentar una serie de evaluaciones obligatorias.
En este sentido, el examen para convertirse en Traductor Jurado está compuesto por tres partes, que deben ser todas aprobadas para obtener la certificación necesaria.
Se inicia con una prueba contiene 50 preguntas, en un examen tipo test. Las materias sobre las que se va a referir la evaluación se indican de forma previa en la convocatoria.
Esta prueba es eliminatoria y en ella se valora el carácter gramatical y la terminología empleada, para poder seguir con el proceso.
Aprobada esta primera eliminatoria se procede a la segunda evaluación, que consta de tres ejercicios. De estos, dos son traducciones de textos literarios o periodísticos y un tercero que es la traducción de un documento económico o jurídico.
Es interesante acotar, que para el momento de presentar este tercer ejercicio se permite el uso de diccionarios, siempre que no sean digitales ni elaborados por el evaluado.
Culmina la evaluación con una prueba oral. En este caso, se trata de una interpretación consecutiva que es presentada ante un tribunal.
Con esta evaluación se demuestra que el aspirante conoce y domina a la perfección las dos lenguas que ha seleccionado para aspirar a ser Traductor Jurado.
Todos estos pasos dan a conocer que para calificar como Traductor Jurado el aspirante debe poseer un conocimiento profundo del idioma para el que se examina.
Este conocimiento incluye comprensión exhaustiva de la gramática y terminología, además de habilidades orales.
Trámites finales
Al aprobar las tres fases de la evaluación solo resta llevar a cabo los trámites administrativos exigidos para ejercer como Traductor Jurado.
A través de las Delegaciones y Subdelegaciones o de las oficinas consulares, se llevan a cabo los trámites de verificación de firma y sello y se le hace entrega al interesado del título y el carnet respectivo.
Al recibir el título deben inscribirse en el Registro de Traductores Jurados del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Al completar el trámite se les asigna un número de registro correlativo.
En lo que respecta a la solicitud del carnet, debe abonar la tasa respectiva para la expedición del documento. Es un trámite que se puede efectuar en línea y el monto varía dependiendo si resides en España o en otro país.
Para concluir, los aspirantes a Traductor Jurado deben cumplir una serie de requisitos y trámites obligatorios, para ejercer la función de validar la traducción de documentos, que deben presentarse ante organismos oficiales.